Los restos de los explosivos de guerra (Explosive Remnants of War) son todo tipo de explosivos dejados después de un conflicto dentro de un territorio. Entre estos encontramos evidentemente las minas, pero también las municiones en racimo, las municiones, las granadas, los proyectiles y las bombas no explotadas, al igual que las armas y sus municiones, los vehículos, etc.

 

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La convención de Ottawa no se aplica a los restos de guerra no explotados distintos a las minas y, por lo tanto, ésta no es suficiente para proteger a los civiles: los restos explosivos de guerra, incluidas las municiones, tienen a veces un un efecto similar al de las minas, principalmente por su acción indiscriminada.  El simple hecho de que estos múltiples dispositivos no estén diseñados inicialmente para tener una acción antipersonal e indiscriminada, los excluye del alcance del tratado. Sin embargo, al igual que las minas, estos dispositivos crean el mismo tipo consecuencias humanitarias (víctimas directas: amputaciones, diversas discapacidades y traumas psicológicos; Victimas indirectas: graves consecuencias socioeconómicas).   

Hasta presente, el único texto legal nuevo propuesto a los Estados es el protocolo V anexo al Convenio de Ginebra de 1980, que propone únicamente medidas correctivas y, y por lo tanto, es insuficiente para prevenir accidentes. Este protocolo se aplica de manera general a todos los restos explosivos de guerra. Sin embargo, muchas de las disposiciones del texto van acompañadas de expresiones como “en la medida de lo posible” que reducen su alcance normativo.   

El preámbulo de este protocolo plantea algunos límites:       

“Reconociendo los graves problemas humanitarios que ocasionan los restos explosivos de guerra después de los conflictos,


Consientes de la necesidad de concluir un Protocolo sobre medidas correctivas de carácter genérico para después de los conflictos con el fin de reducir al mínimo los riesgos y efectos de los restos explosivos de guerra, y

Dispuestos a adoptar medidas preventivas de carácter genérico, aplicando a titulo voluntario las practicas óptimas especificadas en un Anexo Técnico para mejorar la fiabilidad de las municiones y reducir al mínimo la existencia de restos explosivos de guerra.”      

En noviembre 2006 se celebró una conferencia para debatir posibles enmiendas y ampliaciones de las reglas relativas a la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, en miras a buscar mejores soluciones a los desafíos humanitarios planteados por este tipo de artefactos explosivos.

Además, se realizaron reuniones de expertos en las Naciones Unidas en Ginebra para debatir los posibles cambios y mejoras que podrían incorporarse en ese texto.  

Crédito fotos : Tiago Douwens Prats, Paiol de Bra, Guinée Bissau, 2003 y Estrada de Volta, Guinée Bisau, 2003