La AISP se ha unido a la Coalición contra las Municiones en Racimo (Cluster Munition Coalition) para combatir este flagelo, proporcionar asistencia a las víctimas y sensibilizar al público y los gobiernos sobre esta lucha vital.      

Los clúster o bombas de racimo (incorrectamente llamadas bombas de fragmentación) son armas destinadas a “cubrir” un amplio territorio. Su principio es simple: un gran contenedor (bomba proyectil, misil, cohete) está lleno de pequeñas bombas de racimo.  El contenedor se abre y dispersa las municiones de racimo sobre un área, creando una alfombra de explosiones que puede cubrir varias hectáreas.   

Cuando estas bombas no explotan al tocar el suelo (5% a 30% de los casos), se vuelven en todos los sentidos similares a las minas antipersonal causando  daños a las poblaciones que viven cerca a los lugares de donde han sido lanzadas estas municiones.

Los niños se ven particularmente afectados: de las 8.065 víctimas de minas oficialmente registradas entre 2003 y 2004, más de 85% eran civiles y 23% eran niños.   

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Después de la convención de Ottawa, se prohibieron la producción y el uso de minas antipersonal.  Sin embargo, no existe una ley sobre las municiones de racimo y estas son ampliamente utilizadas en todos los conflictos recientes: En Kosovo, Afganistán y en Iraq.  La producción de bombas de racimo continua siendo tolerada en la mayoría de los países.

Algunas cifras:

  • 85 empresas en 34 países han producido al menos 210 tipos de bombas de racimo y continúan a hacer su promoción, en el Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de Paris  (Paris air Show) y otros.
  • Estados Unidos cuenta con más de mil millones de éstas.  

¿Cuáles son las reglas aplicables a las municiones de racimo?

La convención de Ottawa no se aplica a las municiones de Racimo y no es por lo tanto suficiente para proteger a los civiles:  los restos explosivos de guerra  y en particular las bombas de racimo, a veces tienen un efecto similar al de las minas, principalmente en su acción indiscriminada. El simple hecho de que las municiones de racimo no estén diseñadas inicialmente para tener una acción antipersonal e indiscriminada, los excluye del alcance del tratado.

Hasta presente, el único texto legal nuevo propuesto a los Estados es el protocolo V anexo al Convenio de Ginebra de 1980, que propone únicamente medidas correctivas y, por lo tanto, es insuficiente para prevenir accidentes. Este protocolo se aplica de manera general a todos los restos explosivos de guerra pero se aplica igualmente a las municiones de racimo que son mencionas en el texto. Sin embargo, muchas de las disposiciones del texto van acompañadas de expresiones como “en medida de lo posible” que reducen su alcance normativo.   

El preámbulo de este protocolo plantea algunos límites:       

“Reconociendo los graves problemas humanitarios que ocasionan los restos explosivos de guerra después de los conflictos,

Consientes de la necesidad de concluir un Protocolo sobre medidas correctivas de carácter genérico para después de los conflictos con el fin de reducir al mínimo los riesgos y efectos de los restos explosivos de guerra,

y dispuestos a adoptar medidas preventivas de carácter genérico, aplicando a titulo voluntario las practicas óptimas especificadas en un Anexo Técnico para mejorar la fiabilidad de las municiones y reducir al mínimo la existencia de restos explosivos de guerra.”      

En noviembre 2006 se celebró una conferencia para debatir posibles enmiendas y ampliaciones de las reglas relativas a la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, en miras a un mejor manejo de los desafíos humanitarios planteados por este tipo de artefactos explosivos.  Además, se realizaron reuniones de expertos en las Naciones Unidas en Ginebra para debatir posibles cambios y mejoras que podrían incorporarse en ese texto.

¿Hacia una prohibición total de las municiones de racimo?

Bélgica, que ya es pionera en la lucha contra las minas antipersonal, ha promulgado una ley para la prohibición total de las municiones en racimo. Este proyecto de ley fue aprobado por el senado y luego por el comité de defensa de la cámara y finalmente por la Cámara de Representantes el 16 de febrero de 2006 con 112 votos a favor, 2 en contra y 22 abstenciones. La ley propuesta prohíbe la fabricación, almacenamiento, uso y comercialización de las municiones de racimo.

Esta es la iniciativa más importante de prohibición total de éstas armas hasta la fecha, a pesar de que la entrada en vigor se encuentre retrasa en espera de otra legislación que clarifique cuales municiones de racimo no estarían cubiertas por la ley y que entonces no estarían prohibidas, a saber:   

 

  • Los dispositivos de dispersión de humo diseñadas para crear contramedidas eléctricas o electrónicas.  
  • Los dispositivos que contienen múltiples municiones con el único objetivo de perforar y destruir vehículos blindados utilizables únicamente para ese propósito sin saturar indiscriminadamente las zonas de combate, en particular mediante el control obligatorio de su trayectoria  su destino, y que si, solo pueden explotar en el momento del impacto y, en cualquier caso no pueden explotar debido al impacto, de la presencia o proximidad de una persona.

 

Otros países y Organizaciones internacionales también han realizado esfuerzos en esta dirección:

 

  • El 19 de enero de 2006, el parlamento de la Union Europea pidió nuevamente la erradicación de las municiones en racimo en su resolución sobre “Discapacidades y Desarrollo”. Anteriormente, en julio de 2005, el Parlamento exigió la prohibición de financiar las municiones de racimo, y en noviembre 2004, en una resolución sobre las municiones de racimo, pidió una moratoria sobre su uso, almacenamiento, transferencia o exportación.
  • Varias iniciativas parlamentarias o gubernamentales están actualmente en curso para prohibir o suspender el uso de estas armas, especialmente en los siguientes países: Suiza, Italia, Uruguay, Austria, Alemania, Reino Unido, Noruega, Australia y la Santa Sede.
  • El secretario general de Naciones Unidas ha solicitado a los Estados que trabajen más sobre los problemas planteados por las municiones de Racimo.  
  • En Francia, más de 100 Preguntas parlamentarias sobre las municiones de racimo fueron enviadas al Gobierno y dos parlamentarios redactaron un proyecto de ley que prohíbe estas armas.   

 

Cabe señalar que ya en 1976, ciertos países propusieron la prohibición de este tipo de armas (Argelia, Austria, Egipto, Líbano Malí, Mauritania, México, Noruega, Sudán, Suecia, Suiza y Venezuela).    

 

mine_b40 Las municiones de racimo que no explotaron cuando se lanzaron tienen la desafortunada particularidad de desviarse fácilmente de su propósito y de ser utilizadas  para fabricar verdaderas minas anti personal. Este es el caso de muchas municiones de racimo estadounidenses que fueron lanzadas en Vietnam y se modificaron para que sirvan como minas antipersonal.   

Ejemplo de municiones de racimo transformada en mina piquet mediante la adición de un detonador y un cable trampa.    

 

cmc  La CMC es una coalición de organizaciones no gubernamentales que tiene como objetivo eliminar las municiones de racimo y las consecuencias derivadas de las mismas.  Se trata de una campaña destinada a convencer a los gobiernos de todos los estados para que dejen de utilizar municiones en racimo y para que tomen medidas para eliminar o reducir el impacto de las armas en las poblaciones afectadas.

Su objetivo principal es de hacer evolucionar el Derecho Internacional Humanitario para que el uso, almacenamiento y exportación de éste tipo de artefactos explosivos esté totalmente prohibido y las que existan sean destruidas.